Los efectos de la marjiuana en nuestro cerebro

Arrojamos luz sobre los impactos que el consumo de marihuana puede tener en nuestras funciones cognitivas y más allá

El consumo de marihuana se ha extendido cada vez más, tanto con fines recreativos como terapéuticos, despertando un creciente interés por sus efectos en el cerebro humano. Con la legalización en varias partes del mundo y la creciente disponibilidad de productos a base de cannabis, es esencial comprender plenamente las repercusiones que esta sustancia puede tener en nuestra salud mental y nuestro funcionamiento cognitivo.

La marihuana contiene una compleja mezcla de compuestos químicos, entre ellos el THC (tetrahidrocannabinol), que es el principal responsable de los efectos psicoactivos asociados a su consumo. Cuando se consume, interactúa con el sistema endocannabinoide del cerebro, afectando a los receptores cannabinoides y alterando los procesos neuroquímicos.

Esta interacción puede generar una serie de efectos tanto a corto como a medio y largo plazo sobre la función cerebral, incluidas las capacidades cognitivas y el estado de ánimo. En este contexto, revisar cuidadosamente la investigación científica y comprender los riesgos y beneficios del consumo de marihuana se vuelve esencial no sólo para informar el debate público, sino también para orientar mejor las políticas de salud pública y proporcionar orientación sobre educación y prevención.

Este artículo pretende arrojar luz sobre los efectos que la marihuana puede tener en nuestro cerebro con el fin de comprender plenamente las implicaciones para la salud. Evitamos centrarnos en la legislación española actual sobre el consumo de cannabis, sujeta a numerosos cambios a lo largo del tiempo y siempre en el centro del debate.

Nuestro objetivo es simplemente aumentar tus conocimientos para preservar tu salud y ofrecerte alternativas al THC presente en el cannabis como el aceite de CBD.

¿Qué es la marihuana?

La marihuana, comúnmente conocida como cannabis, es una planta originaria de Asia Central que contiene más de 100 compuestos químicos, conocidos como cannabinoides. El principal de ellos es el THC, tetrahidrocannabinol, responsable de los efectos psicotrópicos asociados a su consumo. Generalmente se consume por inhalación, fumada o ingerida y produce efectos que van desde una sensación de euforia y relajación hasta cambios en la percepción sensorial, así como en el estado de ánimo.

Fumar marihuana puede provocar estados de ‘high’ o ‘stoned’ dependiendo de la composición más específica de lo que se fume o ingiera.

Además de los usos recreativos, cuyo debate siempre es acalorado, hasta el punto de que en varios países su consumo es legal y en otros no o está sujeto a restricciones, pero en la gran mayoría sigue estando prohibido y se considera un peligro para la salud, la marihuana también tiene una larga historia de uso con fines medicinales.

Cabe destacar que es capaz de aliviar los síntomas del dolor crónico, calmar la ansiedad y aliviar las náuseas, por nombrar sólo algunos. Los efectos de la marihuana pueden ser tanto positivos como negativos, pero ¿cómo los percibimos?

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¿Cómo afecta la marihuana al cerebro?

La marihuana afecta al cerebro al interactuar con el sistema endocannabinoide, un complejo aparato de señalización neuronal implicado en el control de una amplia gama de funciones fisiológicas y cognitivas. El principal ingrediente activo de la marihuana, el THC, se une a los receptores cannabinoides CB1 y CB2 del cerebro y del sistema nervioso periférico.

Estos receptores están ampliamente distribuidos en varias regiones del cerebro, incluidas las implicadas en la memoria, el aprendizaje, la percepción del dolor y el humor. Cuando el THC se une a los receptores cannabinoides, altera la actividad de las células nerviosas afectando a la transmisión de señales químicas en el cerebro. En concreto, el THC aumenta la liberación de neurotransmisores como la dopamina, implicada en la regulación del estado de ánimo y la motivación, y reduce la actividad de otros neurotransmisores como el GABA, implicado en la regulación de la ansiedad y el control motor.

En definitiva, consumir marihuana supone, gracias al THC, producir toda una serie de cambios neuroquímicos en nuestro cerebro. Los efectos son absolutamente subjetivos, dependiendo del estado de salud individual de cada uno y de las diferentes respuestas que puede dar nuestro organismo al ser estimulado.

Con el consumo de marihuana también se generan estados de euforia y relajación y alteración de la percepción sensorial, que muchísimas personas buscan para calmar la cotidianidad que muchas veces los hace sentir agobiados. Un gran número busca la marihuana como remedio contra los ritmos alterados de sueño-vigilia encontrando consuelo, otros prefieren utilizar CBD y melatonina.

El THC estimula así los receptores cannabinoides, sin embargo, una activación excesiva también puede provocar efectos secundarios indeseables, como ansiedad, paranoia y deterioro de la memoria a corto plazo.

Echemos un vistazo más de cerca a los posibles efectos del consumo de cannabis a lo largo del tiempo.

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Los efectos de la marihuana en nuestro cerebro: inmediatos, a corto plazo y a largo plazo

Ahora, tras repasar brevemente cómo interactúa con nuestro organismo, llegamos al meollo del conocimiento sobre la marihuana: los efectos que provoca. Encontrarás tanto los efectos directos sobre el cerebro como las consecuencias más físicas, relacionadas con los primeros, de la marihuana.

Para una mejor comprensión y memorización, distinguiremos entre efectos inmediatos, a corto plazo y a largo plazo.

Efectos inmediatos:

sensación de euforia combinada con bienestar y felicidad;
relajación muscular progresiva y disminución de la tensión sentida;
alteración de las percepciones sensoriales y temporales;
hilaridad: aumento del sentido del humor y risa espontánea.

Efectos a corto plazo:

Alteración del ritmo cardíaco;
dilatación de las pupilas y enrojecimiento de los ojos;
aumento del apetito llamado «munchies»;
sequedad de boca;
dificultad de concentración y coordinación, así como disminución de las habilidades motoras. En este caso abrimos un paréntesis es bueno evitar conducir porque el número de accidentes que pueden ocurrir aumenta terriblemente y si te para el DGT estás en serios problemas;
aumento de la ansiedad y el pánico con posibles efectos psicóticos de buena intensidad.

Efectos a largo plazo:

adicción: sí, el consumo de cannabis puede generar dependencia tanto psicológica como, en algunos casos, física;
síndrome amotivacional: es decir, se pierde el interés y la motivación tanto en el trabajo como en las actividades cotidianas, posible apatía;
riesgos para la salud respiratoria: la marihuana se consume mientras se fuma y, admitámoslo, ya sabemos que cuanto más exponemos nuestro cuerpo al tabaco y al alquitrán de los cigarrillos, más aumenta el riesgo de cáncer de pulmón (como mínimo, cabe esperar la aparición de bronquitis crónica);
en el embarazo, estudios recientes muestran mayores riesgos para el desarrollo fetal y el cerebro del bebé;
riesgos para la salud mental: hay un aumento de los trastornos mentales, sobre todo en personas ya frágiles, especialmente tras el consumo de variantes más potentes de cannabis.

En este caso, el consumo de marihuana puede provocar toda una serie de efectos en nuestro cerebro, debido a la presencia de tetrahidrocannabinol, que afectan inevitablemente a nuestro físico y a la salud general de nuestro organismo.

Es necesario prestar atención al THC, ser consciente de ello y utilizarlo de forma informada y consciente, sabiendo a lo que uno puede enfrentarse a largo plazo con dosis y usos prolongados.

O, alternativamente, usar, por ejemplo, CBD, otro cannabinoide de la planta de cannabis, que interactúa con nuestro sistema endocannabinoide pero de forma menos intensa, estimulando indirectamente los receptores de nuestro cerebro.

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Beneficios y efectos secundarios: ¿podemos consumir CBD?

Hasta ahora hemos visto los posibles efectos que el THC puede tener en nuestro organismo, incluyendo los efectos psicóticos que puede generar. Precisamente estos son el centro del debate político y sanitario en torno a su legalización y uso. Sin embargo, existe una alternativa al THC cada vez más popular, el CBD, que genera importantes beneficios para la salud sin los efectos indeseables.

Entre los beneficios de la marihuana se incluyen el alivio del dolor crónico, el alivio de los síntomas de ansiedad y depresión y la mejora del insomnio. El CBD, por su parte, ofrece una alternativa prometedora para el tratamiento de una amplia gama de trastornos, como la epilepsia, la inflamación y el trastorno de estrés postraumático (TEPT), además de los beneficios similares y menos intensos del THC.

Además, ambos pueden ayudar a mejorar el apetito y reducir las náuseas, lo que resulta especialmente útil para los pacientes sometidos a quimioterapia. Es importante destacar que el CBD no produce los efectos psicóticos del THC y no está asociado a la adicción. Su capacidad para influir positivamente en el sistema endocannabinoide del cuerpo sin producir alteraciones cognitivas lo convierte en una opción prometedora para quienes buscan un alivio natural de los síntomas sin los efectos secundarios no deseados.

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Conclusiones

Tras examinar los efectos de la marihuana en el cerebro, emerge claramente la complejidad de esta sustancia y su influencia en la función cognitiva y la salud mental. Los beneficios terapéuticos de la marihuana, como el alivio del dolor crónico y la mitigación de los síntomas de ansiedad, deben equilibrarse con los riesgos potenciales, como la adicción y los efectos psicóticos asociados al THC.

La creciente disponibilidad de productos a base de CBD ofrece una alternativa prometedora que puede proporcionar muchos de los beneficios de la marihuana sin los efectos secundarios no deseados. El CBD destaca por su capacidad para influir positivamente en el sistema endocannabinoide sin causar deterioro cognitivo, lo que lo convierte en una opción atractiva para quienes buscan un alivio natural de los síntomas sin comprometer su salud mental.

En conclusión, es esencial comprender plenamente los efectos de la marihuana en el cerebro para tomar decisiones informadas sobre su legalización, uso y potencial terapéutico. Seguir supervisando la investigación científica y educar al público sobre los riesgos y beneficios de la marihuana y el CBD es crucial para garantizar la salud y el bienestar del propio cuerpo, pero más ampliamente de la sociedad.

Takeaways

El consumo de marihuana afecta al cerebro al interactuar con el sistema endocannabinoide, lo que puede tener repercusiones en la función cognitiva, el estado de ánimo y la percepción sensorial.
Los efectos de la marihuana pueden variar desde una sensación de euforia y relajación hasta alteraciones del ritmo cardíaco, dilatación de las pupilas y dificultades de concentración y coordinación.
A largo plazo, el consumo de marihuana puede llevar a la adicción, el síndrome amotivacional, riesgos para la salud respiratoria y mental, especialmente en personas vulnerables.
El CBD, un cannabinoide presente en la marihuana, ofrece una alternativa prometedora con muchos de los beneficios terapéuticos de la marihuana sin los efectos secundarios no deseados asociados al THC.
Es crucial comprender los efectos de la marihuana en el cerebro para tomar decisiones informadas sobre su uso y potencial terapéutico, así como para promover la salud y el bienestar de la sociedad en general.

FAQ

¿Qué es la marihuana?

¿Cómo afecta la marihuana al cerebro?

La marihuana afecta al cerebro al interactuar con el sistema endocannabinoide, un complejo aparato de señalización neuronal implicado en el control de una amplia gama de funciones fisiológicas y cognitivas.

¿Qué beneficios y efectos secundarios tiene el consumo de CBD?